Un amanecer se convierte en el epicentro de un suceso que cambiará la historia para siempre. Susurros de fe, miedo y milagro. Así inicia el capítulo 28 del Evangelio de Mateo, donde la tumba vacía anuncia la victoria sobre la muerte. Las mujeres, María Magdalena y la otra María, son las primeras testigos, y en su asombro, encuentran la piedra removida, no por manos humanas, sino por el poder inigualable de Dios.
El Vacío que Llenó Todo
Cuando las mujeres llegan a la tumba, no encuentran lo que esperaban. El cuerpo de Jesús se ha ido, pero ha dejado en su lugar una promesa finalmente cumplida. El ángel les dice no teman, porque Él ha resucitado. En aquello que parece una ausencia, está la plenitud del triunfo divino. ¿No es esto un reflejo de nuestras propias vidas? En los vacíos y pérdidas, a menudo encontramos las mayores promesas de renovación y esperanza.
Vivamos la Alegría de la Resurrección
El alboroto en sus corazones las impulsa a correr y contar la buena noticia a los discípulos. En ese trayecto, Jesús se les aparece. El gozo se transforma en certeza viviente de que la muerte ha sido vencida. La resurrección de Cristo no es meramente un evento del pasado; es una fuente inagotable de vida y alegría para el presente, donde cada día, resucitamos con Él a nuevas formas de amor y perdón.
La Gran Comisión: Nuestra Misión
Al reunir a sus seguidores, Jesús les da la Gran Comisión: «Id, y haced discípulos de todas las naciones». Estas palabras atraviesan siglos para llegar hasta nosotros, recordándonos que nuestra fe no es estática. Es un llamado dinámico a compartir el amor de Dios con el mundo, transformando vidas tan fielmente como la nuestra ha sido transformada.
La Verdad Que No Puede Ser Callada
En el trasfondo, los guardias y sacerdotes intentan encubrir la verdad con mentiras y sobornos. Sin embargo, la resurrección de Cristo es una verdad que se defiende sola, más fuerte que cualquier intento de falsificación, tal como la luz que siempre destierra la oscuridad. Reflexionemos: ¿Qué verdades en nuestra vida debemos proclamar? ¿En qué áreas del mundo y de nuestro corazón podemos ser testigos de esta luz invencible?
Viviendo la Resurrección a Diario
Finalmente, Jesús nos garantiza su presencia con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Esta promesa es la columna vertebral de nuestra fe, viviendo cada día con la certeza de que no caminamos solos. La resurrección permea nuestras decisiones, nuestros desafíos y nuestra paz cotidiana. Es la invitación a levantar lo caído y celebrar la victoria en cada resurrección personal que experimentamos.
La Llamada del Evangelio de Mateo a Nuestra Vida Hoy
El Evangelio de Mateo, y en particular el capítulo 28, es un recordatorio de que estamos llamados a vivir una vida de grandes propósitos. Es un mapa de la esperanza, guiándonos a través de la resurrección y hacia la misión de compartir esta buena noticia. Que estas enseñanzas nos impulsen a la acción, a vivir una fe que no es solo creída, sino encarnada en cada paso que damos.
Te invito a continuar explorando y rompiendo el silencio con la verdad del Evangelio. Vive el poder de la resurrección, comparte la Gran Comisión, y siente la alegría de ser parte de una historia que transforma al mundo.
💪 ¿Y tú? ¿Cómo harás eco de esta misión hoy? Comparte tus ideas y reflexiones abajo, porque unirnos en esta travesía es la mejor manera de resonar con la hermosa sinfonía del amor de Dios.